Salvador García lleva cinco días sin comer para pedir que les permitan trabajar y ganarse la vida

lunes 11 de julio, 2011

Lleva seis días en huelga de hambre, está cansado, pero no quiere rendirse en su empeño por salvaguardar una tradicional manera de vivir, que ha permitido subsistir a muchas generaciones, que ha levantado un pueblo y que ha sido una forma de ganarse la vida que no sólo no ha perjudicado a nadie, sino que además sigue conservando el medio ambiente, sin propagandas ni anuncios, sino con el día a día de apreciar el recurso que te da de comer con la conciencia de quien sabe que de su cuidado depende su supervivencia. Su voz suena algo cansada, aunque no demasiado para estar a base de líquidos desde el pasado martes, día 5 de julio. Salvador García debe tener poco más de 40 años, está casado, y tiene cuatro hijos. Lleva más de 20 años trabajando para la Cofradía de Pescadores, Asociación de Productores de Carboneras, S. C. A., y tiene una minusvalía de un 48%. A pesar de ello, como es el que está en tierra estos meses, es el que está representando al sector pesquero carbonero, en su lucha por acabar con las injustas medidas que se le van aplicando a este sector y que están consiguiendo hundirlo cada día un poco más. Norma absurda El Gobierno les comunicaba hace unos días que debían cumplir una orden bastante absurda, a juicio del sector. Consiste en que hay que mandar por fax a las distintas dependencias de pesca correspondientes las entradas y salidas de los barcos con un mínimo de cuatro horas de antelación o una vez terminen las labores de pesca, como los barcos no tienen fax, eso queda a trabajo de las asociaciones y cofradías, lo que hace que Salvador deba estar las 24 horas del día al tanto de esos avisos para enviar faxes que pueden producirse igual a las 6 de la madrugada que a las 3, que a las siete de la tarde. Resulta absurdo tener a una persona esclava en ello cuando los barcos disponen de una Caja Azul que es como un sistema GPS gracias al que el barco está localizado continuamente. Aunque esto no ha sido lo único, sí ha sido la gota que ha colmado el vaso para que Salvador decida protestar con su propio sacrificio. Además de por esta norma, este carbonero quiere reclamar también la ruina a la que la gestión del Gobierno está abocando al sector de pesca de la modalidad de Palangre de Superficie, que es como decir la pesca con anzuelo. Señala como datos a tener en cuenta que mientras que en el año 2008 se vendieron un total de 6 millones de euros, en el 2009 esa cifra bajó a 3,7 y en 2010 a 2,6 y apunta Salvador que este año seguramente no lleguen a los dos millones de euros. Parece lógico si se ve qué ha ido sucediendo: «nos prohiben pescar los meses de octubre y noviembre, cuando antes pescábamos 10 meses al año, hemos pasado a pescar solo cuatro meses al año, cuando el Palangre de Superficie es el arte más artesanal y respetuoso con el medio ambiente y el más selectivo con la pesca, los que verdaderamente hacen daño a la mar son los barcos cerco de Atún (red) y las jaulas, que han capturado en tres días solo con dos barcos, el doble que la flota total de Carboneras en toda la campaña, es decir 70 días, llevamos dos años que la flota de Carboneras no puede salir a faenar, debido a que el reparto de cuotas es mayoritario para la flota de cerco atunera, los armadores han tenido que vender su cuota de atún a los barcos de cerco (El grande como siempre se come al pequeño), porque no tienen suficiente cuota de atún para poder cubrir los gastos mínimos, y así poder pescar para que sea rentable para pescadores y armadores». Censos estancados En los medios de comunicación, no es la primera ni la segunda vez que se ve la concesión de una ayuda a un armador para el desguace de un barco. La última se producía hace apenas un par de días. Se le daba a un pesquero, precisamente de Carboneras, 593.700 euros para el desguace del mismo, para la paralización definitiva de la actividad. Sin embargo, en las protestas de estos más de 300 pescadores de Carboneras, que además siguen esperando cobrar el paro biológico al que le obligaron en octubre y noviembre de 2010 y cuya orden para tramitar los papeles para su cobro han salido precisamente en uno de los cuatro meses en los que están en la mar pescando (del 17 de junio al 17 de julio), exigen una investigación de porqué el censo de Palangre de Superficie no baja. Es decir, se han desguazado muchos barcos y, sin embargo, en el censo desde 2006 a 2010 figura como que sólo se han desguazado dos barcos. Todo ello se agrava aún más con las últimas noticias que llegan desde el mar. Los marineros indignados e impotentes, ven como grandes atunes se enganchan a sus anzuelos, son pescados, sin querer por el marinero, ya que tras su cogida deben ser devueltos al agua, la mayoría muertos, porque si llegan con ellos a puerto los multan ya que no les está permitido pescarlos. «No podemos poner un cartel en el anzuelo que diga: Atunes, no picar».

Salvador García sólo pide una cosa, algo que parece que se ha vuelto imposible, unas veces por la crisis económica, y otras.. ¿Por qué?: «Déjenos pescar y con ello aumentarán las ventas, el empleo, y la recaudación del estado será de cuatro veces más, siempre respetando las capturas y el medio ambiente, dado que todo puede ser compatible, siempre y cuando se saquen leyes con sentido común»

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